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- - A mi familia - -

Una vez más hemos caído en la distancia. Las diferencias se han hecho presentes y nos orillan a permanecer cada uno de su lado, que lastima que haya sido tan cerca de estas fechas y sigan constantes. La intolerancia, el egoísmo, el coraje, los recuerdos dolorosos, los reclamos, el dejarse gobernar por el calor del momento prevalecieron a la sensatez, al cariño y la comprensión. Los diálogos exaltados han herido una vez más a las relaciones familiares. Qué lástima, lo repito con un dolor profundo, que en ésta ocasión nos conduzca a permanecer lejos, viéndonos orillados a pasar las navidades en puntos alejados y con una sonrisa fallida –por lo menos en lo que a mí respecta-.
Me duele el hecho de ver que pese a los tropiezos ya enfrentados y ante las caídas anteriores, se siga cayendo en los mismos errores. Se visualiza complicado y lejano el día en el que más allá de empeñarse en cambiar a las personas a nuestros deseos simplemente aprendamos a respetar los diversos estilos de vida y las diferentes personalidades.
Con ello no doy por entendido la victoria o la derrota idealista de nadie, no quiero dar la impresión de que otorgo “mi voto” a ningún partido en cuestión. Simplemente hago notar lo triste qué es ver a mi familia distanciada, las relaciones deterioradas, el romper con las costumbres que me hacían tan feliz, con las que crecí, las que me han formado sobremanera, las que desde niña me han hecho sentir siempre tan bien.
Probablemente ésta no será la primera navidad que pasaremos lejos, hoy por problemas que espero y deseo se arreglen pronto, mañana quizás por una cuestión laboral o acuerdos de las familias futuras a formarse, ojalá nunca por problemas de salud u otra vez por discusiones entre nosotros.
Parte del crecer de las personas, de la evolución –nunca involución- de las familias, de nuestra propia formación. Dolorosa sí, pero muchas veces necesaria.
No intento lastimar a nadie y mucho menos ofender, simplemente era algo que necesitaba dejar relucir, porque me dolía guardarlo.
Los quiero, los extraño, no los comprendo a todos –no por ello trato de cambiarlos-, los respeto, quisiera haberlos visto hoy, cenar con ustedes, gozar con ustedes, reírme con ustedes e incluso aburrirme con ustedes; pero estoy aquí, con mi familia, con la que siempre voy a estar, a la que nunca dejaré como también ellos nunca me han dejado. No obstante, también desearía estar allá.
Los quiere a cada uno por especial:
Itzel
Feliz Navidad

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