Ir al contenido principal

Entradas

::: Un acto de innecesaria y públicamente expuesta honestidad

De pronto me siento cansada e incluso molesta conmigo misma de no decir lo que pienso o lo que siento, de mi postergación y pasividad ante la toma de decisiones importantes que pueden no gustarme, no desear, pero muy probablemente sean necesarias para mí bienestar.  La incomodidad no es mi favorita, por eso prefiero la evasión; pero curiosamente evadiendo tengo como resultados situaciones incómodas para mí salud emocional; ironías también innecesarias.  ¿Por qué resulta tan confuso tener claridad sobre cuál camino es el mejor? Pensando en como responderme, recuerdo mi escena favorita de Alicia en el país de las maravillas:  - Solo quiero saber, ¿Que camino debo tomar? - Pues, depende... ¿a dónde quieras ir tú? - Eso no importa, si tú me dices... - Entonces no importa realmente, el camino que escojas... Buscar cualquier "explicación" a mi resistencia de decidir, será nada más que una excusa para evadir mi responsabilidad disfrazada de huellas de la infancia. Ya no estoy para e
Entradas recientes

::: Breve coincidencia

Yo iba pasando por ahí, pasaría unos meses o semanas. Asomaba mi cabeza por el pasillo común de la vecindad aquella, pensando cómo distraer mi cabeza del diario caminar, de la mudanza, el desmadre de mi nueva habitación y los asuntos sin resolver del cachorro al que ahora debía cuidar también. Estaba por sacar la cajetilla, del bolsillo de mi desgastado pantalón desgastado azul, cuando escuché el tronar de los metales rozarse. Miré de lado hacia arriba, no mas de 45° y le ví. Flaca y escurrida, pálida como recién amanecida. Un camisón de un blanco amarillento como el de la tela vieja o mal lavada, -seguramente vive sola, de haber estado con su madre su camisón sería de un blanco reluciente- pensé. Ese camisón tenía detalles lindos de olanes con encaje que enmarcaban sus tetillas pellizcadas casi imperceptibles y mostraba el inicio de un cuello largo sosteniendo su cabeza no tan redonda pero colocha colocha. Su despeinado cabello reforzó la idea de estar recién levantada de la cama, eso

:: Te extraña

.. . Mi cuerpo entero te extraña. No solo mi sexo. Por supuesto que mi sexo se hincha tan solo de pensarte, pero asumir que solo a él le hace falta tu tacto, sería toda una osadía. De hacerlo, seguramente mis ojos se rasgarían por haber ignorado cuánto añoran ver tu imagen completa, desnuda preferiblemente. Mis manos seguramente hormiguearían por la infamia de asumir que ellas no desean sentir tu piel morena erizada bajo su manto. Sin olvidar por supuesto a mis piernas serpentosas que sin esperar permiso alguno se entrelazan en tu cuerpo entero como si buscaran estrangularlo, pues mientras más te aprietan, más sangre llevan a donde ésta debe de estar... Silencio, demasiado silencio, pues mi boca y su voz han decidido no volverse a abrir ni hablar, si no es para besarte y susurrarte al oído groserías de amor. Definitivamente mi sexo te extraña, estoy segura que sabes a todo lo que me refiero con esa frase tan sencilla, pero reafirmar que solo mi sexo te extraña, sería en

::: Monólogo

. . Que si soy una romántica? Mil veces respondí: obvio que no!! Pensar en sueños rosas me daba comezón y la nariz fruncida era un acto reflejo inevitable. La pareja ideal? El hombre de mi vida? Un amor para siempre? Que tontería, eso sólo pasa en las novelas de la tele y eso es para mujeres pendejas sin cerebro, perdón pero yo si estudié. El amor para siempre no existe, la fidelidad entre dos es sólo un cliché, lo de ser «la mujer de alguien» es para mujeres sumisas y sin aspiraciones, yo soy mucho más que eso, yo no necesito de un hombre para vivir, no necesito que nadie me mantenga, a quién deber explicaciones o peor aún pedir permiso, alguien que se crea dueño de mi tiempo y de mi vida. No, yo soy una mujer libre y feliz, completamente independiente, con sueños que convierto en realidades y que me llevarán lejos por el mundo, seré un ejemplo de mujer exitosa y soberana, de grandes logros, auténtica, loca, apasionada y nuevamente libre y feliz. Es que, de verdad, piénsalo:

:: Llueve demasiado

. . Es increíble cuanta lluvia está cayendo en éstos días, temo quedar sumergido por ahí, quizás rumbo a la casa después de un día duro de trabajo y estrés, quizás alcanzado por los ríos desbordados de la ciudad. Los ríos, vaya maravilla que son esos ríos, vaya ímpetu suyo de no querer desaparecer aún y cuando los hombres se han aferrado a encerrarlos en tuberías. Si he de quedar sumergido, ojalá sea por uno de esos atrevidos y necios ríos, al menos eso pienso cuando los charcos profundos de la lluvia alcanzan mis pies y los empapan. Hoy voy caminando, no quise manejar. Necesitaba despejar mi mente y olvidarme de la presión de está ciudad, suficiente tengo con tu recuerdo alucinante que no me suelta, como para atormentar más a mi mente con el tráfico por hoy. Decidí tomar la calle 9, esa que sale al parque central. La calle está sola, supongo que la gente le teme a la lluvia, a mojarse, a enfriarse y caer en resfriado, qué se yo. Para mi es el momento ideal, camino bajo la lluvi

::: Massage

Se sentía realmente tensa, necesitaba relajarse. Buscó en la web bajo el tema de massage. La red (inteligente como solo ella), le sugirió los lugares de masajes y spa más cercanos a su ubicación. Como es usual en ella, para qué ir tan cerca, cuando puedo disfrutar del camino yendo un poco más allá. Tomó nota de la ubicación y salió al encuentro del lugar que se anunciaba con: masaje de relación, manos exquisitas y espléndida ambientación.  Llegó al lugar, música de sinfonías armonizaban la estancia. Una vez entrado en la habitación de masajes, s e preparó: retiró sus prendas como parte del ritual. Música de violines acompañaban el suceso. Ella llevaba un vestido ligero de algodón, escotado por delante y por detrás, sin mangas, dejando ver sus hombros blancos. Deslizó suavemente los tirantes por encima de sus hombros, y estos resbalaron sin impedimento alguno hasta caer detenidos en su cintura, sus caderas no lo dejaban continuar su camino al suelo. Con un ligero jalón

Aprendiendo a colorear

Mi mamá me enseñó a dibujar. Ella me enseñó que la mejor forma de no salirme de la línea es marcando primero toda la orilla de manera gruesa y después rellenar del centro hacia afuera de la figura, el marco interno dibujado primero evitaría que me saliera del contorno original. También me enseñó a colorear con pollito de colores, tomaba un cúter o navaja de las de rasurar de mi papá y rallaba el grafito de los lápices de colores haciendo polvito con el que después con ayuda de su dedo, un papel o algodón, tallaría sobre el papel para colorear tan lindo que parecieran nubes esparcidas por la hoja. Me explicó que la mejor forma de dejar un dibujo lindo era coloreando siempre en la misma dirección. Si primero dibujaba de arriba hacia abajo y después de derecha a izquierda y después en círculos, mis dibujos siempre terminarían rayoneados como "de kinder" y ella sabía que yo podía hacerlo mejor.  Por si no fuese suficiente, me  enseñó también a difuminar mis colorea