Ir al contenido principal

¿Deberías saberlo?

Nunca antes creí ser capaz de odiar tanto a alguien. Solo q hubiese destruido algo enorme en mi vida. De igual manera, hay decisiones que juraba nunca serían las mías, que había caminos que juraba nunca tomar. Pensaba que quizás si esa persona hubiese matado a alguna de mis personas, alguien de mi gente, entonces seria merecedora del desprecio más grande de mi parte. Y aun así me creía capaz de perdonar.
Tarde o temprano, más de una vez, terminamos comiéndonos nuestras propias palabras. Y cuando actuamos contrario a lo que creíamos, nos sentimos decepcionados; no de ellos, de uno mismo.
Hoy, hoy no puedo perdonar. Espero un día hacerlo, pero por hoy no. No voy a fallarme. Si estamos destinados a volar juntos, volaremos otra vez. Ya nos encontramos en una primera ocasión. Demos una oportunidad a que se vuelva a repetir. Para ello, necesito irme primero y así podré decir: que te he vuelto a encontrar.

Comentarios

Le' Fetich ha dicho que…
Te amo nena, te amo de verdad.

Entradas populares de este blog

::: Ama

... Ese día estabas vestido de amarillo, con esa gabardina parecías un canario brincolin. Recuerdo que fue muy divertido verte llegar, te marqué porque yo ya te había visto caminar hacia el encuentro, pero tu no sabías exactamente dónde estaba yo, así que te di un par de instrucciones antes y te dije a la distancia que bailaras mientras caminabas para verificar si eras tú quien venía. Sinceramente creí que no lo harías, pero me sorprendiste bailando en plena plaza capital entre la gente zombie. Desde donde estaba lograba ver tu sonrisa enorme y perfecta, siempre me enamoraron tus dientes ordenados en fila enmarcados por tus labios que aún recuerdo entre los míos. Yo estaba esperándote en la cafetería esa de la esquina, hacía frío y ya era de noche, pero yo no sentía más que un calor nervioso y constante, tenía años que no sentía eso que llaman “mariposas en la panza”. Pero esa noche no dejaban de hacer toda una revolución dentro mío como si quisieran salir haciendo fiesta. Vaya que...

::: Cocoro

 Y entonces, me bebí mis lágrimas, amargas y espesas.  Y limpiaron mi cuerpo de lo que me enfermaba, de lo que dolía. Y llegó esa ligereza que se siente cuando sueltas las costales.  Y el dolor se fue, y regresó la paz. Ahora camino con el estuche vacío, para volverlo a llenar con amor en el camino. Sin garantías de no levantar la maleza durante el recorrido. Maleza que se pega en lo profundo, cuyas raíces lastiman al andar y que ciegan ante ante la negación de escuchar lo que me dicta el espíritu.  Pero ahora entiendo que debo estar atenta a esa voz: la de mi alma cuando se lastima, la de mi alma pidiendo sanar, la  de la purga necesaria para vaciar de nuevo este saco de piel que la contiene.  Y entonces con amor y con cuidado, pondré a remojar de nuevo la carnita fresca de mi madre milagrosa.  Y pondré a calentar su agüita purificadora de sanación.  Y volveré a beberla con entrega y devoción, con confianza de que con su corriente de río bravo, l...