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Dicen que el
amor, entra por la boca. ¿O era: el amor entra por el estómago?
En caso de ser
la primera y no la segunda opción, puedo decir que estoy profundamente enamorada
de ti. Me has flechado con el arco
del deseo enamorado. He probado ya las delicias de tu amor.
Si el amor entra
por la boca, me encantaría estar lengüeteándote el corazón, lamiéndote las venas, succionándote la sangre caliente de tu cuerpo entero, chupándote cada
plaqueta que te recorre, que quiero ser el motivo de tu calentura, la responsable de subirte la temperatura.
Si el amor entra
por la boca, debo decir que me encanta usarla para amarte.
Si el amor entra
por la boca, la usaré para susurrarte al oído que te amo constantemente y que
solo pienso en amarte de nuevo.
Si el amor entra
por la boca, me obligo a hacerte saber que te amo completo, que te beso
completo, que te muerdo completo, te lamo completo, te chupo completo, te babeo
completo, que te muerdo completo otra vez, que te beso de nuevo, que te hablo,
te grito, te canto, te provoco; que te hago todo lo que con una boca se puede
hacer para amar, incluso me enmudezco.
Si el amor entra
por la boca, he de decir que te amo por entero, pero debo confesar que hay una muy
buena parte de ti que con mi
boca me gusta amarte más.
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