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::: Un acto de innecesaria y públicamente expuesta honestidad

De pronto me siento cansada e incluso molesta conmigo misma de no decir lo que pienso o lo que siento, de mi postergación y pasividad ante la toma de decisiones importantes que pueden no gustarme, no desear, pero muy probablemente sean necesarias para mí bienestar. 


La incomodidad no es mi favorita, por eso prefiero la evasión; pero curiosamente evadiendo tengo como resultados situaciones incómodas para mí salud emocional; ironías también innecesarias. 


¿Por qué resulta tan confuso tener claridad sobre cuál camino es el mejor? Pensando en como responderme, recuerdo mi escena favorita de Alicia en el país de las maravillas: 

- Solo quiero saber, ¿Que camino debo tomar?

- Pues, depende... ¿a dónde quieras ir tú?

- Eso no importa, si tú me dices...

- Entonces no importa realmente, el camino que escojas...


Buscar cualquier "explicación" a mi resistencia de decidir, será nada más que una excusa para evadir mi responsabilidad disfrazada de huellas de la infancia. Ya no estoy para esas libertades. Pese a ello, reconozco mi dificultad.


¿La finalidad de publicarlo? Creo que la exposición  me ayuda a reconocer lo que a veces solo suelo pensar. 


.... no hablo yo, habla alguno de mis múltiples personajes inventados.


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. . Que si soy una romántica? Mil veces respondí: obvio que no!! Pensar en sueños rosas me daba comezón y la nariz fruncida era un acto reflejo inevitable. La pareja ideal? El hombre de mi vida? Un amor para siempre? Que tontería, eso sólo pasa en las novelas de la tele y eso es para mujeres pendejas sin cerebro, perdón pero yo si estudié. El amor para siempre no existe, la fidelidad entre dos es sólo un cliché, lo de ser «la mujer de alguien» es para mujeres sumisas y sin aspiraciones, yo soy mucho más que eso, yo no necesito de un hombre para vivir, no necesito que nadie me mantenga, a quién deber explicaciones o peor aún pedir permiso, alguien que se crea dueño de mi tiempo y de mi vida. No, yo soy una mujer libre y feliz, completamente independiente, con sueños que convierto en realidades y que me llevarán lejos por el mundo, seré un ejemplo de mujer exitosa y soberana, de grandes logros, auténtica, loca, apasionada y nuevamente libre y feliz. Es que, de verdad, piénsalo:

::: Breve coincidencia

Yo iba pasando por ahí, pasaría unos meses o semanas. Asomaba mi cabeza por el pasillo común de la vecindad aquella, pensando cómo distraer mi cabeza del diario caminar, de la mudanza, el desmadre de mi nueva habitación y los asuntos sin resolver del cachorro al que ahora debía cuidar también. Estaba por sacar la cajetilla, del bolsillo de mi desgastado pantalón desgastado azul, cuando escuché el tronar de los metales rozarse. Miré de lado hacia arriba, no mas de 45° y le ví. Flaca y escurrida, pálida como recién amanecida. Un camisón de un blanco amarillento como el de la tela vieja o mal lavada, -seguramente vive sola, de haber estado con su madre su camisón sería de un blanco reluciente- pensé. Ese camisón tenía detalles lindos de olanes con encaje que enmarcaban sus tetillas pellizcadas casi imperceptibles y mostraba el inicio de un cuello largo sosteniendo su cabeza no tan redonda pero colocha colocha. Su despeinado cabello reforzó la idea de estar recién levantada de la cama, eso