María Patricia tenía dos nombres. A mi siempre me gusto decirle María, aunque ella siempre decía llamarse Patricia. No sé, quizás así le decía su papá, por quien siempre tuvo un amor especial.
El hecho es que aunque a veces sí tenía mas cara de Paty, yo siempre me sentí mejor diciéndole María. Tanto, que cuando le decía Paty, Patricia, Patito! Yo sentía que no era a ella a quien llamaba.
Creo que eso de su nombre era una constante necesidad de desconocernos.
A mi me gustaba María porque pese a ser un nombre común, le daba un aire de chica rara y enigmática. La mas rara que hubiera conocido jamás. En cambio Patricia, le cambiaba algo ante mis ojos.
No estoy seguro de si ella lo sabia, pero no lo dudo. Patricia (o María) o María (o Patricia), también se aferraba a no decirme por mi nombre, ella me llamaba "minino" en lugar de Jorge. Quizás así como ella decidía cual de las Maria's o Patricia's quería ser, de igual manera ella decidía con cual de los Jorge's que yo era quería caminar por el parque o jugar con la pelota.
Jugamos un tiempo a ser niños siendo niños y todo iba bien, hasta que decidimos jugar a madurar, siendo aún niños también. Fue ahí cuando nos convertimos en popó.
Después de eso, espero se haya convertido en mariposa y que volara a Canadá. Ella amaba volar y bailar. O quizás sea palomilla o golondrina o cacatúa... pero seguro va bailando mientras vuela.
Nunca mas la volví a ver después de convertirnos, pero es chistoso como a veces María y Minino, y Patricia y Jorge, y María y Jorge, y Patricia y Minino; se burlan de mí y de mi de mi infancia jugando en mis sueños a "las tu las traes".
... éramos dos niños, éramos así.
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