Ir al contenido principal

::: Por qué habría de mentir?

.

.

(Imaginé que habría sido lindo así)

En casa, sola, luz muy suave, cortinas cerradas, madrugada, un cigarro, sonidos lindos, con vino, llorando despacito, ese llanto que sabe rico... pensando en tí.

Pero no, no son así las cosas. No siempre sale como uno quisiera y solo fui yo, llorando medio a escondidas, a la vista de todos, con ese ruido de multitudinariedad.

Pensaba no decirlo, dicen que lo mejor cuando terminas una relacion es acabarla de tajo y cortar los lazos por siempre: no llamar aunque puedas hacerlo, no decir "te extraño" porque demuestras tu debilidad, no vale la pena llorar por alguien así, "te mereces algo mejor".

No quiero decir que sean falsas las frases anteriores, tienen su parte de verdad cada una, pero si quiero defender una cosa: el aceptar nuestra condicion humana y sus multiples desventajas tal y como aceptamos sus beneficios; es indispensable para sentirme mejor.

Pensaba no decirtelo aunque lo sienta todo el tiempo, pensé también llamarte y contartelo de viva voz, pensé escribirlo en una carta y hacértelo llegar con palomas mensajeras que te pican con un "you have a message"... Pero, he de aceptar que tiemblo del miedo de no obtener respuesta, que no contestes mi llamada, que nunca respondas a mi e-mail.

Así que por eso, preferí dejarte mi declaración aquí, donde alguna vez me buscaste y encontraste, donde sabes que siempre aunque sea intermitentemente estoy, donde plasmo lo que no siempre puedo decir, donde traslado lo que necesito sacar para no explotar, donde siempre dejo los restos de la piel.

Y mi mensaje es:

Te extraño,
veo las tardes grises y pienso en ti.
Huele a lluvia y entonces te recuerdo,
escurren los vidrios de rocío y
les dibujo historias que pudieron haber sido de los dos.

Te extraño,
con miedo de aceptarlo y que me digas que no.
Con ansiedad de esperar un mensaje que nunca retornó,
con tristeza de simplemente no digas nada,
o me digas que sí, que está bien pero nada más.

Te extraño y todos dicen que no debo hacerlo,
que llorar no es para mi,
que lo mejor está por venir,
que todo tiene una razón.

Me dicen muchas cosas y me creo otras.
Me retracto de imaginar como o quien estás.

Me regaño de tenerte aun en mi memoria,
pero eres parte de mi, de mi historia.

Te extraño, te pienso, te lloro.
Te quiero, te amo, pero ya no te llamo.


Y espero también, sin tenerlo que decir,
que sepas lo que siento por tí.

.

.

Comentarios

Por que alicia se atoró a la mitad del espejo y en ese momento despertó:

http://quedejo.blogspot.com/2011/06/ayer-cuando-era-valido-estar-triste.html

Entradas populares de este blog

::: Ama

... Ese día estabas vestido de amarillo, con esa gabardina parecías un canario brincolin. Recuerdo que fue muy divertido verte llegar, te marqué porque yo ya te había visto caminar hacia el encuentro, pero tu no sabías exactamente dónde estaba yo, así que te di un par de instrucciones antes y te dije a la distancia que bailaras mientras caminabas para verificar si eras tú quien venía. Sinceramente creí que no lo harías, pero me sorprendiste bailando en plena plaza capital entre la gente zombie. Desde donde estaba lograba ver tu sonrisa enorme y perfecta, siempre me enamoraron tus dientes ordenados en fila enmarcados por tus labios que aún recuerdo entre los míos. Yo estaba esperándote en la cafetería esa de la esquina, hacía frío y ya era de noche, pero yo no sentía más que un calor nervioso y constante, tenía años que no sentía eso que llaman “mariposas en la panza”. Pero esa noche no dejaban de hacer toda una revolución dentro mío como si quisieran salir haciendo fiesta. Vaya que...

::: Cocoro

 Y entonces, me bebí mis lágrimas, amargas y espesas.  Y limpiaron mi cuerpo de lo que me enfermaba, de lo que dolía. Y llegó esa ligereza que se siente cuando sueltas las costales.  Y el dolor se fue, y regresó la paz. Ahora camino con el estuche vacío, para volverlo a llenar con amor en el camino. Sin garantías de no levantar la maleza durante el recorrido. Maleza que se pega en lo profundo, cuyas raíces lastiman al andar y que ciegan ante ante la negación de escuchar lo que me dicta el espíritu.  Pero ahora entiendo que debo estar atenta a esa voz: la de mi alma cuando se lastima, la de mi alma pidiendo sanar, la  de la purga necesaria para vaciar de nuevo este saco de piel que la contiene.  Y entonces con amor y con cuidado, pondré a remojar de nuevo la carnita fresca de mi madre milagrosa.  Y pondré a calentar su agüita purificadora de sanación.  Y volveré a beberla con entrega y devoción, con confianza de que con su corriente de río bravo, l...