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::: Cuadros

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12.Feb.2010

Atraviesa mi mirada contemplativa el marco de la ventana. Los arcos del acueducto , iluminados por el "glamour" citadino, encuadran curvilíneamente una silueta en sombras de un ser en cunclillas.

Pies, rodillas, trasero; formando una triangulación con los extremos anteriores como base de la geometría.

El torso encorvado como de quien huye del frío de una tarde abandonada, es la trayectoria que culmina en un rostro sucio y perdido como su mirada, al mismo tiempo que se convierte en fuente de dos extremidades olorosas en su parte mas distal.

La extravagante, morbosa y sombría figura, se tambalea sin conciencia y ocasionalmente gira lateralmete el rostro sin poder decir lo mismo de su mirada, sigue perdida.

Apestoso presente que lo atrapa en atemporalidades, asqueroso solvente petrificador, dolorosa realidad de una soledad en decadencia.

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