. . No soy la misma que hace dos años, ni que hace 3 o 4. Tampoco que la de hace 6 o 7 en diciembre nublado. Tengo los mismos brazos pero mudé de piel seguramente. Las uñas y el cabello también me crecieron. Mi saliva seguramente sabe diferente. Mis ojos no ven igual, de hecho ya no uso las gafas para ver a donde sea que mis ojos quieren. Quizás si soy un poco de cada una de ellas, no sería yo de haber cambiado tanto. Y creo que es divertido pensar en cada una de ellas como tercera persona y verme desde la puerta. Todo esto es divertido y espero continuar paseando mucho rato más. Saludos, desde la puerta. .