. . De la sutil elegancia de un buen traje sastre o una gabardina espigada, pantalones 3/4 abultados al medio muslo o el corte entallado de un vestido Christian Dior; a la explosiva demostración de salvajismo femenino. Ambas escenas femeninas suenan tan tentadoras como deseables; sin embargo, pareciera una de las condiciones de la Tabla de Verdad: "Una u otra pero no ambas" o uno de los casos de Teoria de los Conjuntos: "mutuamente excluyentes". Concidero así, quedarme a la espera de que alguna me sorprenda con esa dualidad que solo pocas saben desarrollar. Mientras tanto, seré una observadora complacida de mirar sobre la tarima cada una de sus representaciones.