Siento de nuevo los efecto de la abstinencia, ese vacío continuo que inicia en la boca del estómago y se extiende hasta debajo del ombligo. Volvió la taquicardia sincronizada con mi respiración. Las extremidades temblorosas y la mente suicida. Pero calma, que es temporal, lo sabemos bien. Indeseable... sí, pero pasajera, estaremos bien.